El encuentro celebrado hoy en el Coliseum Alfonso Pérez fue una oda al esfuerzo, al físico, a la buena y la mala salud, y solo de refilón al fútbol, que brilló con mucha menor intensidad que todos esos elementos que rodean la práctica de un deporte cada vez más exigente. A pesar de que la entrega de fuerzas fue similar, se decantó del lado del Getafe y no del Eibar por su mejor adaptación no solo a las exigentes del partido sino a los requisitos necesarios para sobrevivir a una carnicería física.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2LpzR9q
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire