jeudi 30 août 2018

Aquel verano de 2009

A Benzema lo intuían en Barcelona como el complemento ideal para desatar el talento de Messi pero un viaje de Florentino Pérez a Bron, el suburbio de Lyon donde vivía el francés, lo cambió todo. O quizás no cambió nada, es difícil saberlo. Los números indican que el argentino ha brillado en todo su esplendor desde aquel verano de 2009, cuando su destino y el de Karim estuvieron a punto de tocarse, pero la imaginación no deja de insistir en que la fusión de sus virtudes nos habría regalado algunas de las páginas más brillantes y emotivas en la historia del fútbol. Como alternativa al francés, el Barça terminaría presentando a Zlatan Ibrahimovic pocas semanas después, y no habría que esperar mucho más antes de que, uno y otro, fueran identificados como figuras sospechosas a ojos de sus respectivas aficiones.

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