La plasmación de la identidad propia tiene en distintos elementos su forma de materializarse. Los símbolos son la manera más primaria de establecer grupos, e incluso la vestimenta, que diferencia estilos y corrientes. La música también funciona como elemento de cohesión. Manolo Escobar, que nació en Almería en 1931 y murió en Benidorm 82 años después, lanzó en 1973 el sencillo ¡Que viva España!, un mensaje acompañado por acordes que representaban a una gran parte de la creación artística española del momento. Una versión de la canción con partes silenciadas para que el público la completase recibió a España en el estadio Rico Pérez de Alicante. El reparto de banderines promovió un ambiente bicolor que absorbió a la perfección el mensaje de Escobar.
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