Argentina se aleja cada partido un poco más de la Copa de Rusia. Los encuentros se repiten con independencia del escenario, de la alineación y del rival, condenada como está la Albiceleste. No hay quien meta un gol, ni siquiera Messi, que completó un muy buen encuentro en el frente de ataque, asistente de cuantos delanteros salieron a la cancha, negado nuevamente ante Gallese, el portero de Perú. Más no pudo esforzarse Messi, salvo marcar, cosa que no hace ni Dios en Argentina, fuera hoy del Mundial a la espera de la última jornada en la que deberá ganar en Ecuador.
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