Sufrimiento y disfrute, difícil conciliación. Correr, esprintar, saltar, sudar, desfondarse, ir al límite, pulsaciones a mil…¿Puede alguien encontrar algún tipo de gozo en una situación así? Pregúntenselo a Garbiñe Muguruza, defensora del título en Roland Garros. Ayer, por instantes, tuvo un pie fuera de París, pero Garbiñe corrió, vaya que si corrió: persiguió pelotas todo el rato, de un lado a otro de la Chatrier, y después de mucho remar, remar y remar, y de mucho sufrir, sufrir y sufrir, venció y sobrevivió: 6-7, 6-4 y 6-2, en 2h 08m ante la estonia Anett Kontaveit.
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