Transcurría judicial la semana, por no decir carcelaria, con el Supremo, Messi, Rosell, Hacienda y Cristiano como protagonistas, cuando la final de Copa nos sacó de los juzgados. La ganó el Barça ante un digno Alavés en el último partido oficial del Calderón, que no se llenó quizá porque a una parte de la afición del Barça este título como que no le enamora. La ganó, decimos, el club azulgrana gracias al buen partido de algunos secundarios habitualmente despreciados (Alcácer o André Gomes) y a la exhibición de Iniesta. Pero la ganó, sobre todo, porque Messi, con un balón en los pies, juega a una cosa a la que no juegan el resto de los mortales.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2sbbUJK
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire