Kilian Jornet odia la ciudad. En la selva urbana, entre coches y gente, se siente en un mundo extraño. Dani Brotons, el médico que examina el cuerpo del ultramaratoniano y montañero catalán, solo consigue arrastrarle al Hospital de Cerdaña, para una revisión anual. Es entonces, entre sensores y cables, cuando las pantallas muestran los números de un superhombre capaz de subir el Everest dos veces en seis días. Sin oxígeno artificial, cuerdas fijas ni ayuda de porteadores. Solo algunos sherpas habían repetido en la cima del mundo (8.848m) en menos de una semana. Kilian subió la primera ocasión en 26 horas desde el monasterio de Rongbuk (5.100m), más de 3,7 kilómetros de desnivel positivo salvados en un día, y bajó en 12h hasta el campo base avanzado (6.500m). Un virus estomacal le hizo ir más lento de lo que él pensaba, así que, sin hacer públicos sus planes, esperó a estar recuperado y lo volvió a intentar. Esta vez desde el campo base avanzado a la cumbre en 17 horas, cuatro horas y media menos en el mismo tramo que antes, y rozando el récord del italiano Hans Kammerlander en 1996: 16h 45m. El descenso fue también más rápido, 30m, que en su primer intento.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2rxWYsU
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire