Hasta llegar hasta su inagotable fórmula del éxito, el Madrid de Laso llevó a cabo un ejercicio de alquimia competitiva consistente en diferenciar los partidos importantes de los accesorios. Un aprendizaje con el que ahora se entregan en los duelos trascendentales y resuelven los burocráticos, como el de la novena jornada de la Euroliga ante el limitado Unics Kazán. La firmeza de Felipe Reyes (16 puntos y siete rebotes), los puntos de Carroll, la faena de Hunter y la constancia de Llull bastaron para superar a unos de los colistas de la competición en tiempos de recarga de baterías.
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