La final de Copa de 1951 la jugaron el Barça y la Real Sociedad, y tuvo su miga. De la mano de Benito Díaz, la Real presentaba esos años en sociedad una táctica que para algunos representaba el futuro y para otros, el antijuego: el cerrojo. Ganó el Barça, en gran tarde de César, y muchos piensan que eso despejó de España la sombra del cerrojo, que ya por aquellos años empezó a instalarse en Italia.
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