Bartzokas se fue a por los árbitros en el túnel de vestuarios del Martín Carpena. Oleson acabó pidiendo el cambio mientras arrastraba su maltrecha rodilla. En el banquillo se encontró con cuatro compañeros que ya no podían jugar porque habían sido eliminados por faltas. Y en la cancha, Unicaja oficiaba el escarnio desde la línea de tiros libres desde donde falló seis pero obtuvo 35 de los 95 puntos con los que acentuó las calamidades de todo tipo que zarandean al Barcelona.
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