Cheryshev, inocente e infeliz protagonista del prematuro despido del Madrid de la Copa en la pasada edición por alineación indebida ante el Cádiz, de regreso al Villarreal y a la competición del KO un año después, diluyó al Toledo con un par de arrancadas. En la primera provocó el gol en propia puerta de Adrián Jiménez; en la segunda asistió a Bakambu para doblar la ventaja en apenas 20 minutos de partido. No necesitó mucho más el conjunto de Escribá que se dedicó a contemporizar y administrar con solvencia el encuentro y someter finalmente con un gol de Castillejo, la buena voluntad del Toledo, víctima de sus limitaciones. El ánimo del conjunto de Onésimo apenas inquieto a un Villarreal incómodo en el juego por el mal estado del césped del estadio toledano que 16 años atrás vivió la proeza de ver a su equipo eliminar al Madrid en la Copa.
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