París, por fin, hizo una concesión. Después de una semana de agua y viento, el sol se asomó por la capital francesa y amenizó la jornada de Garbiñe Muguruza, que a la que se lo permite el calendario busca inspiración en los rayos, el salitre y la arena, sea la de Barcelona, el Caribe o Singapur. Así pues, con esa combinación, la arcilla de la Chatrier y la luz parisina, la hispano-venezolana firmó su segundo avance en Roland Garros. Lo hizo al derrotar a Myrtille Georges por 6-2 y 6-0 en 53 minutos.
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