Lo del Sevilla es un misterio descomunal. No hay forma de que gane fuera de casa en Liga. Ni cuando juega bien ni cuando lo hace de manera horrible, como ante el necesitado Getafe, que rompió su racha de siete encuentros perdidos de forma consecutiva. Con este nuevo empate, los de Emery desperdiciaron la oportunidad de colocarse a seis puntos del Villarreal, en la cuarta plaza, que había perdido con Las Palmas. Lo curioso del asunto es que el Sevilla, tras un deplorable partido, tenía en el bolsillo los tres puntos. Cuando faltaban 10 minutos para el final, Banega transformó una falta con gran calidad. Cinco minutos después, el Getafe empataba a la salida de un saque de esquina y después de un error en defensa de los andaluces, que acabaron pidiendo la hora frente a un rival que buscó el triunfo a la desesperada.
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