Faltaban pocos minutos para las seis de la tarde cuando el público de la piscina Carles Ibars de Sabadell empezó a rugir. “¡Vamos, vamos!”. El cronómetro avanzaba imperturbable y Mireia Belmonte y María Vilas se disponían a dar el último giro en la final de los 400 estilos. La mínima para Río estaba a tiro. La badalonesa tocó la pared con mucha ventaja (4m33,42s), pero los ánimos de los espectadores no cesaron. Hay pocas ciudades que vivan y entiendan la natación como Sabadell. Y Vilas persiguió la estela de Belmonte, se agarró a su anhelo hasta la última brazada. El crono se paró en 4m38,81s, mejor marca personal, y convirtió su plata en un billete para los Juegos.
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