“El pan en la piscina va a salir muy caro” dice Miki Oca, el técnico del equipo femenino de waterpolo español, desde Gouda (Holanda), donde la selección española que dirige se jugará a partir de hoy —debuta contra Japón— el pasaporte para los Juegos de Río. Medallistas de plata en Londres, las chicas de Oca han visto como el nivel de permisibilidad arbitral en el agua ha aumentado de manera tremenda, de tal forma que el waterpolo se está volviendo violento. Oca le ha dado una vuelta de tuerca al trabajo previo a este Preolímpico, incorporando sesiones de trabajo con los chicos de la lucha libre concentrados en el CAR de Sant Cugat, que se prestaron a echarles una mano al cuello de las waterpolistas.
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