A Cristiano Ronaldo no le acabó de convencer lo que estaba escuchando anoche en el Bernabéu. Perdía el balón y el público pitaba. No una, sino dos, tres veces. Las que hacían falta. No perdonó ni media ayer la afición que colgó una pancarta en el Fondo Sur que ponía: “Para llevar este escudo hay que sudar la camiseta”. Nadie se salvó, ni siquiera el capitán Sergio Ramos. Por eso, antes de que se desatara cual vendaval y acabara con el Celta en siete minutos, Cristiano se giró hacia la grada mano a la oreja.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/24JnQBm
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire