Cuando destituyeron a Hennes Weisweiler en 1976, tuve el honor de sucederle en el banquillo del Barça. Y desde el primer día me di cuenta de que Johan Cruyff era distinto de los demás, con extraordinarios dotes de líder y una concepción del juego bien desarrollada. Resulta que reuní al equipo ante una pizarra y expliqué cómo quería jugar, cómo deberíamos movernos y qué podíamos hacer a partir del balón. Entonces, Johan se levantó y dijo: “Estoy de acuerdo en todo, esa es mi idea del fútbol”. Y salimos a entrenarnos.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1RCqHCn
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire