Jugaba Piqué con una tarjeta amarilla desde que en el minuto 16 el colegiado murciano José María Sánchez Martínez entendió que el derribo a Samu Castillejo merecía tal sanción. Apenas cinco minutos después, el central se fue al suelo para cortar un avance de Denis Suárez y, claramente, tocó el balón con la mano. Debió entender el árbitro que no hubo intencionalidad o resultó que no vio el contacto, y Piqué no vio la segunda cartulina amarilla que le hubiera supuesto la expulsión y perderse el clásico contra el Madrid del 2 de abril. Una decisión que generó mucha polémica y debate en las redes sociales incluso.
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