A Monchi, director deportivo del Sevilla, se le metió entre ceja y ceja la calidad de Yevhen Konoplyanka (Kirovograd; Ucrania, 1989), un centrocampista de enorme calidad, buen golpeo de balón y una de las mayores apuestas del equipo andaluz en su temporada del regreso a la Liga de Campeones. Monchi logró hacerse con el futbolista, un ídolo en su Ucrania natal y pretendido por los grandes de Europa, después de quedar libre en el Dnipro, conjunto ucraniano con el que el Sevilla disputó la final de la pasada edición de la Liga Europa. El director deportivo del equipo andaluz pidió informes a Marcos Álvarez, preparador físico del equipo ucraniano a las órdenes de Juande Ramos y sevillano y sevillista. Marcos le avisó de su enorme calidad. También de su individualismo. “Ha aprendido mucho en lo táctico, pues era muy anárquico, pero desde el principio te das cuenta que es ese futbolista que siempre te da un plus más, al alcance de pocos”, recuerda el propio Marcos Álvarez.
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