A Alejandro Valverde se le quebró la voz el pasado mes de julio tras subir al cajón del Tour, que solo tiene tres sitios y tres inquilinos. Al ciclista murciano (Las Lumbreras de Monteagudo, 35 años) le asomaron las lágrimas al verse en aquel pedestal, esas lágrimas que se esperan de los principiantes, por haber concluido el Tour, o de los triunfadores por haberlo ganado. Los ciclistas sufren sin llorar y lloran solo por el éxito o el dolor. Valverde ha subido a muchos cajones y ha estado en las tres alturas.
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