Luis Enrique fue un futbolista excepcional que podía rendir en cualquier parcela del campo menos bajo los palos. Lateral, medio, extremo y hasta delantero; la polivalencia hecha persona. Quizá por eso tiene predilección por los jugadores multiusos, hasta el punto de que a cada fichaje del Barça se mira y resalta la virtud de ser polifuncional. Ejemplos de Aleix Vidal (lateral y extremo), de Rakitic (mediocentro y volante), de Vermaelen y Mathieu (central y lateral)... Pero no es fácil ser como Luis Enrique y tanto baile cuesta de digerir. Así, anoche, ante un Athletic de lo más intenso que apenas dio un segundo para pensar, derivó en un Barça completamente fuera de lugar.
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