Cada campeonato del mundo de atletismo tiene su rey o su reina: son aquellos que consiguen batir un récord del mundo o que suman varias medallas. Invariablemente también, ese puesto de honor lo comparten con otro rey, el atleta más rápido de los campeonatos, el que gana los 100 metros lisos. En los Mundiales que se están celebrando en Pekín, en el reinado de la velocidad la disyuntiva estaba clara: o ganaba Bolt, sumaba otro oro más a su abultada colección y disipaba los rumores sobre su prematura decadencia, o ganaba otro, un nuevo rey coronado tanto por su victoria como por haber derrotado a Bolt, auténtico rey de reyes. Tras las semifinales quedó claro que ese otro sería Gatlin.
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