Una mezcla de satisfacción y amargura invadía a los componentes de la expedición del Sevilla que después de volar toda la noche desde Tblisi llegaron a la capital de Andalucía a eso de las nueve de la mañana. El técnico, Unai Emery, extraía conclusiones con Monchi, director deportivo. Los dos grandes gestores del Sevilla mantenían una alegría moderada. Al dolor por la derrota se une la satisfacción de la forma de competir de un Sevilla que esta temporada quiere competir a lo más alto en la Liga de Campeones. "Hemos llegado a la Liga de Campeones para quedarnos", ha admitido José Castro, el presidente del club, mientras que Emery lo había dejado claro justo a la conclusión de la final con el Barcelona: "Este año voy a poner el listón muy alto".
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