A la espera de que lleguen los tiempos de caza mayor, el Madrid ya tiene una minidosis de optimismo. A costa del Melilla y el Viktoria Pilsen ha repescado el gol. Eso sí, antes que el juego. Pero en época de tantas tribulaciones nada sosiega más que una liberadora lectura de resultados. En la República Checa, ante un telonero menor de la Copa de Europa, el equipo de Santiago Solari se sacudió cualquier congoja a golpe de goles, croché a croché a la frágil mandíbula del Viktoria. Una manera provisional de ganar tiempo, para Solari, el equipo y el club. La mejor forma de poner entre paréntesis la crisis que azota a los madridistas desde el inicio del curso.
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