No disfruta Zidane de un día de paz. ¿La razón? Tener la plantilla que tiene, que ya le vale. “Vivo en el lío”, podría exclamar el entrenador del Real Madrid, en expresión propia de Mariano Rajoy, ¿quién si no? En unas horas el equipo blanco se enfrenta a la Juventus en los cuartos de final de la Champions y ahí está el técnico francés, encerrado en un hotel de Turín, estrujándose la mollera para acertar en su elección, en ese jugador que acompañe a los diez intocables, que son los nueve que el pueblo y los supuestos representantes del pueblo (tertulianos se llaman también) quieren, más Benzema. Ahí anda Zidane, escuchando aunque no escuche, leyendo aunque no lea, lo que dicen y escriben sobre a quién debe elegir de ese trébol de cuatro hojas que forman Asensio, Bale, Isco y Lucas Vázquez, citados en estricto orden alfabético, no hiramos sensibilidades tan pronto.
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