Tan bello como tierno, huérfano del carácter y el fútbol de Iago Aspas, el Celta se rindió a la pegada del Villarreal concentrada en un jugador, en Carlos Bacca, autor el delantero colombiano de un hat-trick que desmaquilló y sacó a relucir las imperfecciones del conjunto celeste, tan atractivo como cándido y al que se le desvanecen sus opciones de regresar a Europa. Pretensión clara del Villarreal que defiende con solvencia su sexta posición, recuperada su mejor versión en el tramo final de la temporada.
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