A las 16,10, o quizás un poco antes, Íñigo Martínez saldrá de dudas de si el reproche de la grada de Anoeta su regreso vestido con la camiseta del Athletic es igual, superior o menor que el dedicado a Joseba Etxeberria tras vivir las mismas circunstancias y erigirse en el caso más rabioso de las relaciones entre ambos clubes vascos.
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