El Liverpool vive con prisa. Juega el equipo de Klopp como si le persiguiera el viento, siempre al frente, sin miedo a la gloria. Desde la llegada del técnico alemán se aprovechan los reds del pavor que generan sus tres jugadores de ataque. Un tridente voraz, lleno de matices, de incalculable valor para cualquier amante del contragolpe. Firmino, Mané y Salah son al mismo tiempo ellos y los demás. Firmino puede ser Mané, Mané vestirse de Salah y Salah moverse como Firmino.
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