Diego Pablo Simeone no podrá sentarse en el banquillo del Metropolitano en la vuelta de las semifinales de la Liga Europa y tampoco podrá dirigir al Atlético de Madrid en la final de Lyon en el caso de que los rojiblancos accedan al último partido. El técnico argentino fue expulsado en el minuto 12 por sus airadas protesta al árbitro francés Clement Turpin, que minutos antes había echado a Vrasljko por doble amarilla. Simeone reclamó con malos modos una tarjeta para un jugador del Arsenal por una fuerte entrada y el colegiado le expulsó. La simple expulsión ya supone un partido de sanción, pero la agresividad y la gravedad de los insultos con los que se dirigió al colegiado a Turpin (le llamó "hijo de puta" en varias ocasiones) conllevan un castigo de tres partidos. El artículo 15.1c del código disciplinario de UEFA sanciona con dureza los insultos alos árbitros. Si Turpin recogió en su acta los improperios que le lanzó el entrenador argentino, algo que se da por seguro, Simeone no podrá dirigir al Atlético en la final de la Liga Europa si se clasifica.
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