“Is come back”, clamaba el speaker del WiZink Center, Pedro Bonofiglio, tras el segundo triple de Sergio Llull ante el Panathinaikos. La canasta que desató su clásico grito de furia, la que sumaba su octavo punto para pasar página a ocho meses de pelea por volver a ser él de antes, el de siempre. Le habíamos echado de menos. Imposible no hacerlo. Pero se hizo la luz y ahí estaba el increíble Llull.
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