El regreso siempre se plantea como un camino lleno de obstáculos. Cuando André Agassi cayó a los infiernos en 1997, debido a una lesión en la muñeca y a su boda con la actriz Brooke Shields, recorrió todo el purgatorio de los torneos challengers antes de regresar al circuito con su espíritu intacto y dispuesto a recuperar el liderato del tenis mundial. En agosto de aquel año, Agassi se hundió hasta el 141º puesto de la clasificación. Y no regresó al top-10 hasta un año más tarde, como preámbulo del liderato que volvería a detentar en julio de 1999.
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