La eliminatoria de cuartos de final de la Copa ha acrecentado la tensión entre el Barcelona y el Espanyol y los capítulos se suceden hasta por la vía ordinaria. Los cánticos descalificadores de ambas aficiones se unieron a un cruce de declaraciones que empezó con la bravuconería de Granero –que dijo que “para nada era el peor rival que les podía tocar”- y siguió con la fanfarronería de Piqué al tildar Espanyol de Cornellà, declaraciones que hirieron al club blanquiazul porque denunció a la Liga sus palabras como las de Busquets, que señaló no entender el porqué del festejo del triunfo en la ida cuando quedaba la vuelta.
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