Cuando parecía lanzado hacia París, el Real Madrid volvió a las andadas domésticas y el Espanyol, con lo justo, sin los alardes que no tiene, le azotó en el último instante. Este curso, en Cornellà no han abundado las serpentinas, pero resulta que es fiesta mayor cada vez que hay un gigante en el cartel. Solo en esta plaza ha perdido en Liga el Atlético, lo mismo que el Barça en su única derrota de la temporada (en Copa). Faltaba el Madrid, que llegó disparado con 30 goles en los últimos siete partidos. Pero esta vez fue la nadería. Sin CR, Marcelo, Kroos, Casemiro y Modric, nadie hizo de percha. Todos dejaron marchitar el partido hasta que le entraron unas incomprensibles prisas al final. Destartalado entonces, con Ramos de ariete junto a Benzema y Mayoral, Gerard se lo hizo pagar. Merecido para el Espanyol y de obligada recapacitación para el Madrid. La plantilla da para mucho más y vaya como vaya en la Liga, donde ya se ha dejado 27 puntos, la heráldica obliga cada día.
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