Quique Setién estrenó su casillero de victorias como entrenador del Betis. Lo hizo gracias a dos espectaculares centros de Guardado muy bien rematados por Sergio León y Feddal. Los tres fichajes de este nuevo Betis, más Joaquín, auparon a su equipo y acabaron con las aspiraciones de un Celta muy pobre en defensa. Por segunda semana consecutiva, los de Unzué se adelantaron en el marcador y vieron cómo sus rivales le remontaban. El Celta desaprovechó su ventaja y tocó demasiado en horizontal y muy poco en vertical. En realidad, los dos equipos intentaron un fútbol que todavía les queda lejos. Una cosa es la filosofía y otra la práctica. Al Betis, curiosamente, le salvó más el empuje y dos fantásticos remates de cabeza que el juego que Setién quiere implantar, que requiere su tiempo. Mientras la filosofía del cántabro se implanta, los triunfos saben a gloria y permiten ganar tiempo. Una victoria surgida del talento de Guardado, que rindió mejor escoltado por Javi García, y el corazón del eterno Joaquín. El Celta fue un equipo insípido, sin mordiente, superado por el empuje de un Betis que se sintió muy arropado en su estadio y supo morder a un rival lento, sin chispa. Setién y sus muchachos, mientras encuentran el método, disfrutaron de una victoria más que merecida. Esencialmente porque, más allá del estilo, tuvo fe, ganas y hambre.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2vwLOlX
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire