El último es Pape Cheikh, un centrocampista que acaba de cumplir 20 años, apenas ha jugado tres partidos completos en Primera División y por el que el Olympique de Lyon paga 10 millones de euros, que se podrían completar con cuatro más en función de variables de rendimiento. Con esa venta el Celta llega a los 40 millones ingresados en los últimos años con traspasos de canteranos. El vivero de A Madroa es un espacio donde se cultiva el talento, un cheque abierto para el equipo vigués. Rodrigo, Joselu, Denis Suárez, Iago Aspas, Yoel, Jota Peleteiro, Santi Mina y ahora Pape partieron de allí en beneficio de las arcas del club celeste. También generaron ingresos menores futbolistas como Jordi Figueras, traspasado al Rubin Kazan por 800.000 euros, e incluso Oriol Riera o Michu, un trío que llegó para reforzar el filial y progresaron para debutar con el primer equipo. En esa cima Eusebio Unzué dispone en la actualidad de seis futbolistas más criados en la casa: Sergio Álvarez, Rubén Blanco, Hugo Mallo, Jonny, David Costas y el retornado Iago Aspas. Este último ingreso por Pape Cheikh prácticamente se ha destinado a sufragar la incorporación de Emre Mor, mediapunta procedente del Borussia Dortmund que también tiene 20 años.
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