jeudi 31 août 2017

Una carpa en el infinito: los ángeles de la guarda de la Vuelta

A las dos de la mañana del miércoles, los operarios de la Vuelta concluyeron la instalación de la carpa que acogería a los medios de comunicación en Calar Alto. Llovía como aquel día que todo el mundo recuerda. A priori, cualquier niño la hubiera confundido con un castillo hinchable en cuyo interior residía la magia. Y algo de magia había en aquella carpa que estrenaba la Vuelta. En la etapa de Los Ancares en 2014, también se instaló una carpa más rudimentaria. La de ayer tenía la tecnología del plástico. A las dos de la mañana se fueron a dormir a un lugar vacío, desértico, con las cúpulas del Observatorio Astronómico como único vestigio de la civilización. A las siete de la mañana estaban en pie para instalar todo el cableado, televisores, neveras, sistemas de WiFi,... un suma y sigue bajo la intemperie del enfadado cielo almeriense.

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