Después del chaparrón caído a mediodía —algunos aseguran haber visto, incluso, granizo en el circuito— los pilotos esperaron a que volviera la tan anunciada lluvia por la tarde. Era la mejor manera de sacudirse la incertidumbre. Si había que probar los neumáticos rayados bajo los focos del circuito de Losail, mejor preparar con tiempo una supuesta carrera sobre asfalto mojado que no hacerlo el mismo domingo. Para el día de la carrera, la primera de una temporada que se prevé apasionante, la probabilidad de lluvia se sitúa en el 40% según algunas previsiones o no existe, en el caso de otras.
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