Las historias del Barça y el Sevilla se entrelazaron en los 60 y 70 por un jugador singular, llamado Francisco Fernández, para el fútbol, Gallego…Alto, fuerte, rubio, entusiasta, noble, imprescindible durante siete años en la selección. Jugó de 1961 hasta 1979, en un viaje de ida y vuelta Sevilla-Barcelona-Sevilla. Vivió hechos memorables en los enfrentamientos entre sus dos equipos del alma.
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