Lleva el descaro tatuado en la cara Javi Ontiveros, al que ya se le ve de lejos que domina la pelota como si fuera una parte de su cuerpo. Aún no ha cumplido los veinte, apenas se está estrenando en Primera División y ya puede presumir de haber volcado varios partidos a favor del Málaga. Contra el Deportivo dio una vuelta de tuerca más, lo ganó con uno de esos goles que se sueñan, un zapatazo desde la frontal que entró cerca de la escuadra cuando el tiempo moría y el marcador estaba igualado.
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