Volver a ser un equipo corto para mantener la portería de Jan Oblak a cero fue la directriz más marcada seguida por los jugadores del Atlético en su enfrentamiento con el PSV Eindhoven. La distancia entre las líneas evidenciada en el derbi, defendiendo en campo propio o presionando arriba, generó el regreso de Koke a la banda y la entrada en escena de Tiago. En medio de las dudas y una fragilidad defensiva alarmante, a la mínima que ha podido, Simeone tiró de uno de sus futbolistas más afines.
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