Con solvencia y calidad, a zambombazo limpio, con dos golazos de larga distancia obra de Trigueros y Roberto Soriano, el Villarreal derrotó con gusto y alardes a un inocuo e inocente Betis de preocupante imagen, sin acción ni reacción en El Madrigal y en el que el cargo del ya cuestionado Gustavo Poyet empieza a peligrar todavía más tras.
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