La de los Orsanic es una historia más, como la de miles de inmigrantes europeos que, a lo largo de los 30 años que abarcaron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, navegaron con sus sueños rumbo a Argentina. Su desenlace es, sin embargo, muy distinto, porque ninguno ha regresado a Zagreb. No hasta ahora. Y el que lo hace es el que no nació allí. El hijo, que regresa como si a su padre o su abuelo croatas se les hubiera olvidado algo, es Daniel (1968, Buenos Aires), el capitán argentino de la Copa Davis. Como si la historia volviera a poner las cosas en su lugar, buscará desde este viernes volver a Argentina con un trofeo que el país no ha conseguido nunca. Lo conseguirá si vence a Croacia en el Arena Zagreb, a lo largo de este fin de semana.
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