Pues sí, sí tenía razón Nacho cuando decía que el partido y el ambiente contra el Legia en un estadio a puerta cerrada serían raros. Fue raro ver los tornos de acceso vacíos. Fue raro escuchar el ruido del balón en cada golpeo durante el calentamiento. Fue raro ver saltar al campo los equipos y escuchar el himno de la Champions sin aplausos.
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