Dejó la natación porque se aburría; no le bastaba ser la mejor, buscaba amigos. No necesitó salir de la piscina, descubrió el waterpolo y encontró amigas en la pileta, con una pelota en la mano. Ahí emergió su talento. Hoy a los 32 años, la de Olot sigue capitaneando a la selección española, a la que lidera en un partido crucial camino de Río como lo hizo en los tres años gloriosos del waterpolo femenino español, en los que sumaron medalla de plata olímpica, el mundial de Barcelona y el Europeo de Budapest. Esta tarde en Gouda, contra Holanda, las 13 rosas de Oca nadan en una pelea que lleva a un sueño.
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