Hay futbolistas que tienen pinta de convertirse en universales, esos jugadores con proyección internacional de los que los niños de todo el mundo quedan prendados a sus gambetas por Youtube. Otros, en cambio, los que crecen en equipos más pequeños y con menos medios, conquistan solo a sus aficiones. Pero cómo las encandilan. Así son los regates de Musondo y los goles de Rubén Castro. Entre las fintas del joven belga y la interminable amistad con el gol del ariete canario, el Betis desfiguró al Espanyol. En un partido entretenido, con movimiento en las porterías, el cuadro andaluz conquistó el RCDE Stadium, logró despegarse de la zona de descenso, y dejó tocado al Espanyol.
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