Brocha en mano, un pintor repasa la puerta en un pasillo, bajo la tribuna principal del Romero Cuerda, el campo municipal de Villanueva de la Serena. Podría jurarse que les pilla el toro, porque mañana su equipo juega eliminatoria de Copa contra el Barcelona y todo parece por hacer. Sin embargo, nadie pierde la calma. “Esto está acabado mañana”, se oye. Trabajan con gusto y se esfuerzan por el compromiso de recibir al cuadro azulgrana como se merece el visitante y como corresponde a un pueblo orgulloso y acogedor como se precian de ser los seros, los habitantes locales.
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