samedi 3 novembre 2018

El Madrid se consuela de chiripa

El azar evitó que el Real Madrid acentuara su pesadilla. Sin Lopetegui llegó un resultado óptimo con una sobredosis de fortuna. Con Solari llegó la ventura, pero no el juego, la chicha y la chispa. Lo advirtió la hinchada, alterada y con una batería de pitos durante el encuentro, cuyo único consuelo fue el marcador. Tal es la zozobra de la afición que, evaporados Bale y los aspirantes al santo grial del Balón de Oro que esgrimen desde la más alta nomenclatura, la gente hoy se cuelga de un becario de 18 años como Vinicius. Con el agua al cuello cuando apenas faltaban diez minutos, el chico pedaleó por la izquierda y ejecutó un disparo espantoso que se iba a fuera de banda, pero rebotó en la espalda de Kiko Olivas y descorchó a un desdichado Valladolid. Los muchachos de Sergio González, aciagos con dos remates al larguero de Courtois, acabaron abatidos por un gol de chiripa tras un partido birrioso de los locales. Apesadumbrados los pucelanos, Sergio Ramos puso la banderilla final de penalti. Emboque que festejó con un do de pecho, besos al escudo y arengas a la grada. En estos tiempos tormentosos, sin fútbol para el rescate, todo se vuelve más tribal. Unos apelan al corazón y otros a la entrepierna.

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