En la víspera de la ida de octavos de la Champions contra el PSG no había sillas libres en la sala de prensa de Valdebebas. Ni hueco para más cámaras. Delante de los micrófonos se sentaron primero Marcelo y luego Zidane. Al lateral brasileño le preguntaron si el equipo, después de una temporada tan irregular, se siente tocado en el orgullo. "No, no tenemos que demostrar nada a nadie, sabemos lo que podemos dar y lo que podemos hacer. Que la gente hable no nos molesta para nada. Cuando hablan bien tampoco se nos sube a la cabeza", respondió Marcelo al que le preguntaron una y otra vez si el mayor peligro del PSG es Neymar.
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