Pocos capitanes son tan adorados en una época sombría como Greig Laidlaw. Escocia ha perdido tres veces más partidos de los que ha ganado desde el nacimiento del Seis Naciones en 2000. Y cuando el XV del Cardo empezaba a ganar, el medio-melé se lesionaba, perdía la capitanía y hasta la titularidad. Laidlaw ha gritado este domingo en Edimburgo que, a sus 32 años, le queda carrete. Tras ver desde el banquillo la humillación de sus compañeros en Cardiff (34-7) el día en que debían validar su candidatura, el 9 lideró con 22 puntos el resurgir escocés ante una Francia que mostró su pólvora antes de claudicar por una catarata infinita de faltas.
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