La temporada de la NBA empezó ensombrecida por la grave lesión de una estrella, Gordon Hayward. El flamante fichaje de los Celtics estremeció a quienes presenciaron aquél partido ante los Cavaliers y vieron, apenas transcurridos cinco minutos, cómo se destrozó la tibia y el tobillo izquierdo. Ahora, tres meses y pico después, es la imagen de DeMarcus Cousins rompiéndose el tendón de Aquiles en último minuto del partido que enfrentaba a su equipo, Nueva Orleans, con Houston, la que ha vuelto a horripilar a los aficionados.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2DHu0gH
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire